El último informe del Centro Regional de Finanzas Sostenibles, desarrollado en conjunto con Willis Towers Watson y con el apoyo de la Agencia Francesa de Desarrollo, responde varios interrogantes fundamentales sobre el porvenir de la economía colombiana ante el ineludible escenario de transición climática.
El modelo extractivista de Colombia en lo referente a petróleo, gas y carbón debe replantearse para que el país alcance la neutralidad carbono en el año 2050. Ante todo, esto significa reducir paulatinamente la dependencia a estos sectores mediante el desarrollo y la implementación de planes de contingencia que permitan minimizar la volatilidad y los costos asociados a la reducción global y a largo plazo del comercio de combustibles fósiles. Con la intención de dar los primeros pasos en este asunto se publica Entendiendo el impacto de una transición baja en carbono en Colombia (2023), fruto de una longeva colaboración entre actores internacionales, sector público y la academia.
Este proyecto cuantificó el potencial de riesgo de transición externo de cambio climático para Colombia y evaluó exhaustivamente su impacto en diversos sectores y las finanzas públicas del país. Las cifras del informe revelan que Colombia enfrenta una pérdida económica, estimada en $88 mil millones en términos de valor actual neto (o el 27% del PIB de 2019) entre 2022 y 2050.
Clemente del Valle, Director del Centro Regional de Finanzas Sostenibles de Uniandes, afirma que:
“El desconocer este riesgo impuesto para Colombia por la transición del resto del mundo podría resultar desestabilizador para la economía colombiana, con impactos potenciales que incluyen la disminución de las ganancias corporativas, desempleo, un debilitamiento de la balanza comercial, caída de los ingresos fiscales y el aumento de la deuda pública. Y más aún, no prepararse a tiempo para suavizar el impacto de esta transición expone a los grupos más vulnerables de la economía (trabajadores, cadena de proveedores de microempresarios y población en general de las regiones más expuestas) a unos grandes costos y pérdidas en las décadas a venir. Es imperativo involucrar a todos los grupos de interés a trabajar organizadamente en las acciones de política pública y de gestión empresarial y laboral que minimicen este riesgo para el país”.
El documento también ofrece una perspectiva alentadora al plantear opciones para mitigar estos riesgos y enfrentar la transición climática con éxito.
En esta línea, Matt Huxham, Director del Hub de Riesgo de Transición Soberana, Clima y Resiliencia en WTW, nos recuerda que esta no es sólo una gran tarea de Colombia, sino también de las economías emergentes en América Latina y todo el mundo:
“Si el mundo limita el calentamiento global de acuerdo con el objetivo del Acuerdo de París, la demanda de estos productos básicos en los mercados internacionales será sustancialmente menor de lo que esperan los países productores. Estos riesgos externos sobre los que los países tienen un control limitado se olvidan con demasiada frecuencia cuando los países elaboran planes de transición. Será esencial una mayor colaboración internacional para garantizar que se compartan los beneficios de una transición con bajas emisiones de carbono y, al mismo tiempo, apoyar a los que saldrán perdiendo”.
Según el estudio, es inminente empezar a trabajar particularmente en la diversificación de la canasta de exportaciones de Colombia, así como acelerar la transición doméstica en la industria, energía y transporte para reducir su dependencia de energías fósiles. Estas son sólo algunas de las recomendaciones que proporciona el informe. El documento es un insumo clave para formuladores de políticas, bancos centrales, instituciones financieras y empresas colombianas que buscan saber cómo incorporar de manera más efectiva los riesgos y oportunidades de transición en sus procesos de planificación.
En definitiva, el gobierno colombiano desempeña un papel crucial en esta transición, siendo esencial su respaldo a las partes de la economía que enfrentan los mayores riesgos. Si bien esto implica destinar recursos financieros, el informe subraya que la gestión eficaz del riesgo de transición climática es esencial para garantizar una transición ordenada y minimizar los costos macroeconómicos adicionales. Integrar la comprensión de estos riesgos en los procesos de formulación de políticas y toma de decisiones será decisivo para el futuro de la economía colombiana.
“El Centro Regional de Finanzas Sostenibles viene liderando un trabajo de varios años en los temas de riesgos de transición por cambio climático. Consideramos que este estudio es un punto de partida importante para seguir profundizando en las acciones que deben desarrollarse en las próximas décadas para reducir este riesgo. Debemos seguir trabajando con la academia, el sector público y privado y la sociedad en su conjunto” sostiene Clemente del Valle.
No cabe duda de que este informe representa un hito significativo en el camino hacia la sostenibilidad y el desarrollo sostenible en Colombia. Gracias a la persistente colaboración de todas las partes involucradas, este documento sienta las bases para impulsar un debate informado sobre el riesgo de transición climática.